Desarrollan sistema para controlar pacientes con esclerosis múltiple
22/07/2012
Investigadores de la Universidad de Concepción intentan desarrollar un sistema para controlar a los pacientes que sufren de esclerosis múltiple. En una primera instancia, se estudiará a un grupo de ancianos enfermos del hogar, The Boston Home.
La esclerosis múltiple afecta más a las mujeres que a los hombres y se diagnostica con mayor frecuencia entre los 20 y 40 años
Investigadores de Ingeniería Civil Biomédica de la Universidad de Concepción junto con colegas del Instituto Tecnológico de Massachussets de Estados Unidos se encuentran trabajando en el desarrollo de dispositivos capaces de monitorear los parámetros físicos en personas con esclerosis múltiple para advertir cuando se expongan a altas temperaturas que pudieran perjudicarlos.
Esta enfermedad se produce por el daño de la mielina, que provoca una disminución o la detención de los impulsos nerviosos. Los pacientes con esa enfermedad expuestos a altas temperaturas presentan mayores dificultades, según se constató en Estados Unidos donde se han reportado más casos de muertes durante el verano por esa enfermedad.
El responsable local de la investigación, Estaban Pino, explica que las personas enfermas que dependen de una silla de ruedas, son más sensibles al calor y suelen sufrir episodios de estrés térmico, por lo cual la idea de este estudio es construir un dispositivo no invasivo, adosado a la silla de ruedas, capaz de recoger información de utilidad, a través de una serie de sensores, y enviarla a una central de control de los pacientes.
Pino indicó que, en una primera instancia el proyecto estará focalizado en The Boston Home, un hogar para adultos mayores con esclerosis múltiple, con quienes se realizarán las pruebas. “Son unos 200 residentes, todos en sillas de rueda, con distintos grados de invalidez. Lo que necesitan ellos (en el hogar) es una sistema no de seguimiento, sino de apoyo en el cuidado de los pacientes”.
Los estudiosos propusieron medir la temperatura y humedad para calcular cuán expuestos están los pacientes a sufrir golpes de calor. “Nosotros agregamos sensores de movimiento para ver si la persona está activa, así como sensores de inclinación, porque se supone que cada cierto tiempo se tiene que inclinar la silla hacia atrás para cambiar su punto de apoyo y evitar la formación escaras”, explicó Pino.
También incluyeron sensores UV, para medir tiempos de exposición al sol; de presión, para medir frecuencia respiratoria, y un tercero llamado balistocardiograma, para detectar frecuencia cardiaca, con la cual, junto a la respiración, “se puede estimar si la persona está en alguna situación de estrés”, señaló el investigador de la Universidad de Concepción.
Fuente: Universidad de Concepción
Esta enfermedad se produce por el daño de la mielina, que provoca una disminución o la detención de los impulsos nerviosos. Los pacientes con esa enfermedad expuestos a altas temperaturas presentan mayores dificultades, según se constató en Estados Unidos donde se han reportado más casos de muertes durante el verano por esa enfermedad.
El responsable local de la investigación, Estaban Pino, explica que las personas enfermas que dependen de una silla de ruedas, son más sensibles al calor y suelen sufrir episodios de estrés térmico, por lo cual la idea de este estudio es construir un dispositivo no invasivo, adosado a la silla de ruedas, capaz de recoger información de utilidad, a través de una serie de sensores, y enviarla a una central de control de los pacientes.
Pino indicó que, en una primera instancia el proyecto estará focalizado en The Boston Home, un hogar para adultos mayores con esclerosis múltiple, con quienes se realizarán las pruebas. “Son unos 200 residentes, todos en sillas de rueda, con distintos grados de invalidez. Lo que necesitan ellos (en el hogar) es una sistema no de seguimiento, sino de apoyo en el cuidado de los pacientes”.
Los estudiosos propusieron medir la temperatura y humedad para calcular cuán expuestos están los pacientes a sufrir golpes de calor. “Nosotros agregamos sensores de movimiento para ver si la persona está activa, así como sensores de inclinación, porque se supone que cada cierto tiempo se tiene que inclinar la silla hacia atrás para cambiar su punto de apoyo y evitar la formación escaras”, explicó Pino.
También incluyeron sensores UV, para medir tiempos de exposición al sol; de presión, para medir frecuencia respiratoria, y un tercero llamado balistocardiograma, para detectar frecuencia cardiaca, con la cual, junto a la respiración, “se puede estimar si la persona está en alguna situación de estrés”, señaló el investigador de la Universidad de Concepción.
Fuente: Universidad de Concepción
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicarme un poco de atención y a preocuparte por este tema.