

La historia de la apiterapia se extiende hasta el antiguo Egipto, Grecia y China. Incluso Hipócrates, el padre de la Medicina, usaba el veneno de las abejas para curar la artritis y otros problemas articulares. El médico austriaco Phillip Terc inició los modernos estudios sobre el veneno de la picadura de las abejas cuando publicó en 1888 su artículo "Informe sobre la peculiar relación entre la picadura de abeja y el reumatismo". Hoy miles de profesionales sanitarios utilizan la apiterapia a lo largo y ancho del mundo.


El veneno de la abeja se administra mediante una picadura de abeja. Estudios químicos han demostrado que le veneno contiene un buen número de poderosas sustancias antinflamatorias, entre las que se encuentran la adolapina y la melitina. Esta última, de la que se dice es cien veces mas poderosa que la hidrocortisona, estimula la producción de cortisol, un esteroide natural que también actúa como antiinflamatorio. Por lo que no es de sorprender que la terapia del veneno de abeja se use a menudo en los casos de inflamación, como la tendinitis, bursitis y la osteoartritis reumatoide.


Obviamente la picadura de abeja es un poco dolorosa, pero no debe inquietarse: La picadura de abaja es mucho menos dolorosa que la de la avispa o la del abejorro. El grado de molestia está en relación a su respuesta al dolor. La primera picadura es siempre la peor porque Vd, ignora lo que le espera. Cuando ve lo que se siente, las siguientes picaduras apenas le molestarán.
Debido a su poder antinflamatorio, le veneno de la abeja se usa para el tratamiento de enfermedades como la artritis, la bursitis y la tendinitis. También se utiliza para calmar el dolor crónico de espalda y de cuello.
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